En ciberseguridad, hay pocas soluciones que ofrezcan tanto valor con tan poca complejidad como la autenticación multifactor (MFA). Sin embargo, muchas organizaciones aún no la implementan de forma sistemática. Ya sea por desconocimiento, por temor al impacto en la experiencia del usuario o por subestimar los riesgos, esta omisión puede abrir la puerta a ataques que podrían haberse prevenido con un solo paso adicional de verificación.
El concepto detrás del MFA es simple: no basta con saber una contraseña. Para acceder a un sistema o cuenta, el usuario debe confirmar su identidad utilizando un segundo factor, como un código enviado al celular, una huella digital o una aplicación de autenticación. De esta forma, incluso si una contraseña es robada o filtrada, el atacante no podrá avanzar sin ese segundo elemento.
Uno de los ataques más comunes hoy en día es el robo de credenciales. Los InfoStealers, ataques de phishing y bases de datos comprometidas circulan constantemente en la dark web. Muchas veces, los usuarios reutilizan contraseñas o las combinan con datos predecibles. Con MFA, estas credenciales por sí solas pierden valor, y el atacante queda bloqueado en su intento.
Implementar MFA no requiere una gran inversión. De hecho, muchas plataformas ya ofrecen esta opción de forma gratuita o como parte de sus configuraciones estándar. Desde el correo corporativo hasta las plataformas de recursos humanos o administración de proyectos, activar MFA toma minutos, pero puede evitar semanas de recuperación tras un ataque exitoso.
Además de proteger, el MFA también es una señal de madurez organizacional. Demuestra que la empresa se toma en serio la protección de sus sistemas, incluso en acciones aparentemente pequeñas. También ayuda a cumplir con normativas y auditorías que exigen medidas adicionales de control de acceso, especialmente en sectores como financiero, salud o educación.
Por supuesto, ninguna medida es infalible. Los atacantes también evolucionan y algunos han intentado interceptar códigos o engañar a los usuarios para aprobar accesos. Pero aun así, el MFA representa una barrera sólida que desalienta a los atacantes menos sofisticados y obliga a otros a realizar esfuerzos mucho más complejos. En ciberseguridad, a veces lo que necesitas no es una muralla perfecta, sino una que sea suficientemente alta como para que el atacante se vaya a buscar otro objetivo.
En TBSEK recomendamos que el MFA sea obligatorio en todos los accesos críticos: correo, VPN, CRM, herramientas administrativas, paneles de nube y cualquier sistema que contenga datos sensibles. Su implementación puede ir acompañada de una breve campaña de concienciación para ayudar a los usuarios a entender su utilidad y evitar resistencia al cambio.
En un entorno digital donde las contraseñas por sí solas ya no son suficientes, el MFA no es una mejora opcional: es una línea base de defensa. Adoptarlo de forma universal no solo protege a tu organización, sino que reduce riesgos para clientes, socios y toda la cadena de valor. La pregunta ya no es si deberías activarlo, sino por qué aún no lo has hecho.
Acciones inmediatas
- Activa MFA en todos los accesos críticos a sistemas y plataformas
- Evalúa qué sistemas aún no cuentan con MFA y prioriza su protección
- Incluye el uso de MFA como política obligatoria para nuevos usuarios
- Capacita al personal sobre cómo usar autenticadores y por qué son importantes
- Evita depender de SMS como segundo factor; prefiere aplicaciones o biometría
- Monitorea intentos de acceso fallidos para detectar posibles ataques en curso