Mayo 2025
En pocas palabras: Un plan de continuidad de negocio no es un lujo ni una formalidad. Es la diferencia entre resistir una crisis o desaparecer. Este artículo explica por qué toda organización, sin importar su tamaño, debe tenerlo listo y probado.
En momentos de crisis, lo último que una empresa necesita es improvisar. Y sin embargo, eso es exactamente lo que ocurre en muchas organizaciones que nunca dedicaron tiempo a construir un plan sólido de continuidad de negocio. Porque sí, planear para lo peor suena incómodo, incluso pesimista, pero es una de las decisiones más estratégicas que puede tomar una organización moderna.
Un ataque de ransomware, un desastre natural, una interrupción en la cadena de suministro o una falla tecnológica crítica pueden poner en jaque incluso a empresas consolidadas. Y en esos momentos, lo que hace la diferencia no es la suerte, es la preparación.
El problema no es solo técnico. En Latinoamérica, muchas empresas aún ven la continuidad operativa como algo exclusivo de las grandes corporaciones. Pero en TBSEK lo hemos visto de cerca: son las medianas y pequeñas las más vulnerables. Justamente porque piensan que “eso nunca nos va a pasar”.
Un buen plan de continuidad no se limita a respaldar información. Implica identificar procesos críticos, mapear dependencias, asignar responsabilidades claras y definir protocolos de comunicación en caso de emergencia. Además, debe probarse regularmente, involucrando a todas las áreas del negocio. Si un plan vive archivado en una carpeta sin actualizarse ni practicarse, es casi como no tenerlo.
Desde TBSEK, hemos ayudado a empresas de sectores como banca, manufactura, retail y telecomunicaciones a construir y probar sus planes de continuidad. No porque se esperen una crisis mañana, sino porque entienden que su resiliencia es parte de su propuesta de valor.
La continuidad de negocio es un seguro de vida empresarial. Una inversión que puede parecer invisible... hasta que se convierte en el activo más valioso de toda la organización.
En TBSEK creemos que planear no es ser fatalista, es ser inteligente. Un plan de continuidad no es un gasto; es una promesa de resiliencia para tus clientes, colaboradores y aliados.
¿Ya tienes tu plan o solo confías en que todo saldrá bien?
Contáctanos para evaluar o desarrollar tu plan de continuidad: https://www.tbsek.mx/contacto/